|
RESPIRACIÓN-RENACIMIENTO I
Muchas experiencias respecto a la respiración comienzan con el yoga, y ahí
se puede observar el impacto que tiene su control sobre los estados de
consciencia. También es digno de mención el movimiento del rebirth, que
comenzó en los años setenta y fue como un maremoto en el campo del
crecimiento personal. Muchas personas de buena voluntad e interesadas por el
método se pusieron a respirar sin saber realmente lo que hacían. Hubo
experiencias maravillosas, viajes increíbles, milagros..., pero también
algunos patinazos bastante desagradables que hicieron sospechosa la técnica
en cuestión. A esta práctica se unieron algunas teorías más o menos
inspiradas, y todo el mundo se puso a hacer algo, con mayor o menor acierto,
pensando que tenía razón. Pero ese desbarajuste no es tan lamentable como
parece: es un desbarajuste creador. La naturaleza raramente crea en orden.
El proceso creador se hace por lo común en medio de un desorden que permite
a un orden viejo transformarse en uno nuevo. Así pues, sin detenernos en los
puntos débiles de ese movimiento, retendremos sólo sus aspectos positivos,
que muchas personas han sabido utilizar de forma totalmente favorable.
Algunos investigadores, como el psiquiatra Stanislav Grof, por ejemplo,
utilizan a su manera la respiración como técnica de acceso al inconsciente.
Es una técnica básica conocida por mucha gente.
Puede utilizarse, en un primer momento, una técnica de respiración
relativamente sencilla. La persona está acompañada por un guía que tiene una
formación específica. Es muy importante que haya un acompañamiento apropiado
en la primera etapa. Los psicoterapcutas que trabajan sobre el inconsciente,
cualquiera que sea su método, saben perfectamente que, sin acompañamiento,
la experiencia de la respiración puede ser agradable (no siempre), pero es
poco eficaz en cuanto a un desalojo profundo. Porque el inconsciente se
niega a revelarse; el ego quiere seguir manteniendo el control. La presencia
de una persona competente y positiva aporta una energía que sustenta la
intención consciente de la persona. Su papel es ayudarla a avanzar en el
camino que se va trazando naturalmente a lo largo del proceso. El verdadero
guía es en realidad el Ser de la persona, con quien ella tiene que haber
establecido previamente el contacto. El guía ha de ser capaz de entrar en
resonancia con el proceso interior de la persona a la que acompaña, para no
interferir en su proceso; con su presencia y algunas intervenciones
apropiadas debe aportar, sencillamente, la energía necesaria.
En la primera etapa, posiblemente sea positivo no utilizar otros medios. Eso
es muy importante, porque permite que la persona haga un trabajo sobre su
energía con su propia energía., con seguridad y de forma autónoma. En esto
reside la belleza y la potencia del proceso. No hay ninguna intervención
exterior dirigiendo la experiencia, ninguna persona, ninguna tecnología. La
experiencia debe desarrollarse de la forma más natural y orgánica posible.
Eso funciona muy bien, y es muy eficaz, porque en realidad lo único que se
hace es poner en marcha un proceso natural de autosanación. La naturaleza
hace muy bien las cosas, y ha dotado al ser humano de una capacidad natural
para desactivar las memorias del inconsciente a través de la respiración. Si
sabemos utilizarla acompañándola adecuadamente, toda la potencia y la
sabiduría de la naturaleza trabajará a nuestro favor.
Así pues, es un proceso que hace a la persona autónoma, porque es su propia
intención y su propia energía las que hacen el trabajo. Tal vez alguien
piense que una intervención exterior podría forzar un poco el proceso,
acelerándolo; pero la experiencia hace ver que eso es inútil. El trabajo
realizado de la forma que hemos indicado respeta la integridad de la
persona, y los resultados así obtenidos son mucho más «ecológicos» en cuanto
a que son más profundos y duraderos. Entre otras razones, porque entre la
persona que está viviendo la experiencia y la que la acompaña no hay
relaciones de poder. Además, la persona hace estrictamente lo que puede
hacer, en función de su propia energía y de su propio nivel de consciencia,
lo que le garantiza una gran seguridad a lo largo del proceso.
Es un procedimiento tan antiguo como el mundo. Parece sencillo, técnicamente
hablando; pero dominar el proceso no lo es, ni mucho menos. En las
enseñanzas orientales, las prácticas avanzadas de respiración no podían
hacerse más que bajo la dirección de un gran maestro. Hay buenas razones
para ello, porque debe conocerse muy bien la dinámica implicada y las
precauciones que hay que tomar para poder utilizar el procedimiento de forma
apropiada y sin riesgos. Por eso es por lo que es muy importante que
profesionales se encuentren excelentemente formados para que puedan
acompañar adecuadamente a las personas que están en ese estadio. De lo
contrario, es como jugar con fuego.
La regla de oro aplicada
Ya hemos indicado antes cuál es la regla de oro: «la energía sigue al
pensamiento». Cuando se trabaja con la respiración, se actúa sobre el
sistema energético de la persona, y la actividad energética no debe dejarse
al azar, por lo que la regla de oro debe ser especialmente observada. La
energía sigue al pensamiento. Luego la calidad de una experiencia de este
tipo dependerá del contexto de pensamiento en el que tiene lugar. Si el
pensamiento no se ha alineado claramente en el sentido de la manifestación
del alma, habrá una soldadura emocional desordenada; y el proceso
amplificará las cargas emocionales en lugar de desprenderlas. Puede verse a
numerosas personas que, después de muchas sesiones de respiración, se
encontraban en un estado de descontrol emocional evidente. Aplicar la
técnica de la respiración sin haber definido conscientemente un contexto de
pensamiento amplio puede llevar a muchas decepciones. Esta es una de las
razones por las que es posible que el trabajo con la respiración les haya
parecido a algunos un tanto sospechoso. Pero el problema no está en la
respiración, sino en la preparación a nivel del pensamiento. Cuando se haya
avanzado más los conocimientos científicos, se reconocerá la importancia del
pensamiento en todo trabajo energético.
Por eso, antes de llevar a cabo cualquier trabajo con la respiración (y, de
una forma general, sobre el inconsciente, cualquiera que sea el método
utilizado) sugerimos que se experimente antes la primera etapa tal como la
he definido en el espacio anterior. Eso permite clarificar el pensamiento y
poner a prueba la fuerza de la intención, y asegura un conocimiento de sí
mismo y un contacto con el ser interior suficiente como para que la
experiencia se haga con seguridad y eficacia.
Cuando se utiliza conscientemente la técnica de la respiración, adaptada a
la persona y acompañada por un guía experto, y precedida de la adecuada
preparación, se obtienen unos resultados impresionantes. Es, en efecto, un
medio directo para desbloquear el inconsciente.
Los terapeutas que trabajan con personas sanas y equilibradas que siguen un
proceso de crecimiento personal pueden observar con claridad el proceso que
lleva a desprender del inconsciente algunas memorias activas. A la luz de
los resultados que se obtienen, puede comprobarse que el trabajo con la
respiración podría ser utilizado eficazmente en otras ramas de la
psicología, incluso de la psiquiatría, y resultaría muy beneficioso. Lo que
ocurre es que, como en otras muchas cosas, hay muchos intereses económicos
en juego: el aire es gratis, mientras que los medicamentos hacen ganar
fortunas a los laboratorios farmacéuticos. Además, este proceso de
autosanación conduce a las personas hacia su autonomía, lo que no es del
agrado de todos. No obstante, invitamos desde aquí a los médicos y
psiquiatras abiertos, a los que tengan curiosidad por el tema y deseen
desarrollar nuevos métodos de sanación, a explorar este enfoque.
Como el campo en el que realmente nos movemos no es la terapia sino el
desarrollo de la consciencia en personas normales y que han entrado ya en un
proceso de apertura, hablaremos de los resultados que se pueden obtener a
ese nivel, dejando a quienes quieran innovar en sus respectivas
especialidades el cuidado de extender el método con finalidades
terapéuticas. |
|