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LAS DIFERENCIAS
DE GÉNERO
Hemos revisado las pruebas disponibles sobre las diferencias de género, en
relación con las capacidades, y hemos señalado que no existen diferencias de
capacidad verbal ni de actuación matemática, con la excepción de que, en el
bachillerato, los chicos comienzan a desenvolverse mejor en la resolución de
problemas; y sólo hay diferencias de género que favorecen a los varones en
un tipo de capacidad espacial: las rotaciones mentales. Las niñas se
desenvuelven mejor en la escuela; sin embargo, los varones consiguen
situarse en posiciones de superior categoría en el mundo del trabajo. Por
tanto, existe una disparidad entre las capacidades y el éxito escolar de las
mujeres, por una parte, y la categoría de los trabajos que desempeñan en la
edad adulta, por otra.
Dos clases generales de factores contribuyen a explicar esta discrepancia:
1) obstáculos externos que se oponen al éxito, y
2) obstáculos internos (o intrapsíquicos).
Los obstáculos externos son factores como la discriminación laboral y, el
uso que hacemos aquí de los términos externo e interno no debe confundirse
con su significado al hablar de las atribuciones causales.
También parece que existen obstáculos internos o factores intrapsíquicos
(como la reducida motivación para el éxito en situaciones de competición y
las bajas expectativas de éxito, así como la escasa valoración de ciertos
campos, como el desarrollo de destrezas matemáticas). Sin duda los
obstáculos internos pueden deberse a fuerzas externas; por ejemplo, una
mujer puede tener bajas expectativas de éxito en su trabajo porque ha
experimentado la discriminación laboral. Por tanto, la combinación de
factores externos e internos es importante a la hora de explicar los éxitos
de las mujeres en el trabajo. Asimismo, es interesante reconocer ambos
conjuntos de factores cuando se pretendan realizar los cambios necesarios
que permitan a las mujeres lograr mayores éxitos. |
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