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CÓMO ACTUAR ANTE LA SOSPECHA DE CONSUMO DE DROGAS DEL ADOLESCENTE
Interesa que los padres a los que se les pone "la mosca detrás de la oreja"
e intuyen que su hijo se está iniciando en el consumo de drogas o que
incluso puede estar ya "enganchado", conozcan algunos signos y actitudes
habituales en el usuario de drogas.
Lo primero que debe plantearse una familia que sospecha que su adolescente
está abusando de sustancias, es decidir qué es lo que quieren hacer al
respecto. En este momento, la ayuda de un profesional que conozca a la
familia de antemano puede ser muy valiosa. Como asimismo acostumbra a ser
totalmente ineficaz la actitud parental de echar en cara la situación en que
se encuentra el adolescente cuando llega a casa borracho o intoxicado.
También es muy limitado el efecto de un sermón, gritos o castigos ante el
descubrimiento, por ejemplo, de restos de marihuana en el cajón de la mesita
de noche. Hay que calibrar la situación real lo más desapasionadamente
posible. Así, si el adolescente no se encuentra en peligro inmediato, lo
mejor es hablar sobre el consumo de sustancias en un momento en que no se
encuentre bajo la influencia de las mismas y cuando las emociones estén
controladas.
Los mismos adolescentes, a menudo, están preocupados acerca del uso de
sustancias. Pueden sentirse confundidos o desorientados en relación a cuánto
es "demasiado", en términos de consumo. De tal manera que la información y
las explicaciones que los adultos -con suficientes conocimientos sobre la
materia- sean capaces de dar, puedan ser bien recibidas por los jóvenes.
Una vez que la familia sospecha con base o confirma con pruebas el abuso de
alcohol u otras drogas, debe proceder rápidamente a tener, cara a cara, un
diálogo firme pero sereno con el hijo adolescente. Los padres necesitan
declarar de forma explícita y consistente que el uso de esta sustancia debe
cesar de inmediato; pero también deben aclarar que el rechazo es hacia la
conducta y no hacia el hijo. La primera reacción por parte del joven será de
enojo e intentará desmentir y encubrir la situación. Y los padres tendrán
mayor posibilidad de éxito si se mantienen en calma, pero al mismo tiempo
inamovibles en su postura de intolerancia con respecto al uso de sustancias.
Es necesario que los padres cuenten con consultas profesionales y se
practique la detección de metabolitos de drogas en la orina. Sin embargo, es
importante también que los padres sepan que un análisis con resultado
negativo no excluye la posibilidad de uso, de la misma manera que un
resultado positivo no confirma siempre el uso de drogas (hay que tener en
cuenta los resultados positivos falsos), y estas situaciones son más
frecuentes con aquellos tests que se realizan de manera rápida y económica.
En caso de duda se pueden solicitar tests confirmatorios, que llevan más
tiempo y son más costosos. Fundamentalmente, las limitaciones de los tests
de drogas radican en que sólo pueden decir si son positivos o negativos, y
no dicen nada acerca de la frecuencia de uso, el grado de daño que están
causando y la dependencia del usuario. No se trata, pues, de un veredicto
final.
Signos y actitudes habituales en el usuario de drogas .
• Ojos vidriosos o enrojecidos (uso continuo de gafas oscura).
• Lagrimeo abundante.
• Pupilas muy dilatadas o muy contraídas (dependiendo de la sustancia
consumida.
• Nariz húmeda e irritación nasal.
• Marcas, pinchazos en brazos o manchas de sangre en la ropa (uso continuo
de camisas de manga larga).
• Bostezos frecuentes y actitud somnolienta.
• Falta de apetito y pérdida de peso.
• Negligencia en el vestir y fuerte olor corporal.
• Restos de picadura o papelillos en los bolsillos.
• Salidas imprevistas y actitud misteriosa.
• Nuevas amistades extrañas.
• Descenso del rendimiento y absentismo escolar o laboral.
• Cambios de comportamiento y carácter.
• Hurtos y mentiras persistentes.
• Permanencia prolongada en determinadas esquinas, salones deportivos, bares
o discotecas. |
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