EMOTIVIDAD
Hay
personas que se emocionan con más facilidad que otras, por eso decimos que son
más emotivas. ¿Cuáles son los factores que hacen que estas personas se emocionen
tan fácilmente?
En primer
lugar, intervienen factores de tipo hereditario, habiéndose comprobado que hay
familias en las que sus miembros se emocionan con especial facilidad. También
influyen factores de tipo cultural, ya que hay países y culturas en que todo el
mundo actúa con cierta «frialdad» emocional, mientras que otros están
acostumbrados, por tradición, a manifestar sus emociones de un modo más
llamativo o exagerado. Esto no se refiere exclusivamente a la manifestación de
diversas emociones, sino que también existen ciertos patrones culturales que
influyen, favoreciendo que las emociones se vivan en forma más profunda o
duradera.
Otros
factores están en relación con los rasgos individuales de la personalidad,
especialmente con experiencias anteriores que cada persona ha ido elaborando a
lo largo de su vida, de modo que se puede decir que ésta ha ido aprendiendo poco
a poco una pauta emocional de comportamiento ante los diversos estímulos
psicológicos. También es frecuente que en cada momento una persona tenga una
disposición a emocionarse más o menos variable, hay ratos en que cualquier cosa
nos puede emocionar, mientras que en otras ocasiones resultaría mucho más
difícil.
Por
último, hay trastornos psicopatológicos que presentan un incremento de la
emotividad, como es el caso de algunos trastornos de tipo neurótico que cursan
con labilidad afectiva, es decir, en los que se producen con mucha facilidad
cambios bruscos del estado de ánimo, pasándose en pocos minutos de la risa al
llanto. También en el curso de algunas depresiones se puede observar un
incremento de la emotividad. Tanto en la intoxicación aguda por alcohol como en
el alcoholismo son frecuentes este tipo de manifestaciones, que también se
pueden producir en personas que padecen trastornos orgánicos del tipo de las
demencias, en síndromes propios de la senilidad, etcétera.