Nos hemos ocupado en este espacio de los aspectos psicológicos de algunos temas que el movimiento por la salud de la mujer estima importantes. Consideramos las pruebas sobre los cambios del estado de ánimo de las mujeres de acuerdo con el ciclo menstrual y a si éstos obedecen a la fluctuación de los niveles hormonales. Aunque en este campo se analiza mucho, las mismas investigaciones plantean problemas fundamentales que hacen difícil extraer resultados firmes. Nuestra propia conclusión consiste en que algunas mujeres, aunque no todas, experimentan fluctuaciones de humor de acuerdo con el ciclo menstrual. Hay pruebas de la existencia de influencias hormonales y culturales en esas fluctuaciones, y es probable que las fuerzas culturales operen de manera que incrementen la percepción de la mujer con respecto a cambios corporales relativamente pequeños.

Las conclusiones sobre la menopausia son similares. Algunas mujeres, aunque no todas, experimentan síntomas psicológicos, como depresión e irritabilidad. Una vez más, los factores culturales (las expectativas respecto a la aparición de la depresión menopáusica, la pérdida de papeles sociales, el nido vacío, etc.) amplían la percepción de un cambio corporal.

La investigación sobre los aspectos psicológicos del embarazo indica que el estado psicológico de la mujer depende de la etapa en que éste se encuentre; los estados de ánimo negativos son más corrientes en los trimestres primero y tercero, mientras que, en el segundo trimestre, son más habituales los estados de animo positivos. De nuevo, es probable que los factores ambientales influyan en la percepción de la mujer sobre sus cambios corporales.

La investigación sobre las consecuencias psicológicas del aborto indican que, por regla general, no es una experiencia traumática, aunque es necesario realizar investigaciones más complejas sobre esta cuestión.

Hemos incidido en los aspectos psicológicos del cáncer de mama, algo a lo que, con frecuencia, los médicos no prestan la atención adecuada.

El SIDA no es una enfermedad exclusiva de los varones homosexuales. También afecta a las mujeres y en proporción creciente.

En todos estos casos, creemos que, a medida que las mujeres se informen mejor sobre el funcionamiento de su cuerpo, deben asesorarse mejor también sobre los aspectos psicológicos de estos procesos.