La obesidad
La
obesidad es la excesiva acumulación de grasa corporal en relación a la estatura
y a la edad del individuo. Pero, hoy día, el ser o considerarse gordo o no, no
es lo mismo que ser realmente obeso ya que se han creado unos patrones
culturales estéticos según los cuales lo ideal es estar delgado o muy delgado y
casi no hay una constitución intermedia. Con unos pocos kilos de más se
considera que uno/a ya está gordo/a.
Hay como
una especie de obsesión colectiva por perder kilos, sobre todo entre las mujeres
y muy particularmente entre las adolescentes y las jóvenes adultas. Es frecuente
oír «estoy a dieta» o «mañana me pongo a régimen» o «estoy como una vaca o una
foca» aunque estas mujeres no sean objetivamente obesas.
La
auténtica obesidad es una cuestión distinta y en ella sí hay un exceso de grasa.
Aquí sí que hay que plantearse una reducción programada del sobrepeso tras
descubrir su origen. La causa más común suele ser la ingesta excesiva con un
aporte de energía mayor del que el organismo gasta al día, es decir, se come
demasiado y todas las calorías que sobran se acumulan en forma de grasa. Puede
también existir un desajuste endocrino que requiere el estudio por el
especialista y que generalmente es una obesidad que no responde a la reducción
de la ingesta. En ocasiones se debe a trastornos de los hábitos alimenticios que
son problemas propiamente psiquiátricos y que tratamos en otros apartados, como
la bulimia o ingesta compulsiva de alimentos y la bulimorexia o ingesta
compulsiva de alimentos seguida de vómito. Tanto en los trastornos endocrinos
como psiquiátricos, la obesidad es el resultado de otra enfermedad que es la que
hay que tratar en primer lugar.
La
obesidad no real, la que el sujeto percibe al atenerse a los patrones culturales
dictados por la moda, no suele requerir tratamientos especiales a no ser que el
deseo de adelgazar y el disgusto por verse «gordo o gorda» provoque trastornos
psicológicos. La comida, lo que se come y cuándo se come se puede convertir en
una obsesión; hay jóvenes que se niegan totalmente a comer y nos encontramos con
una grave enfermedad psiquiátrica, la anorexia, que tratamos en otros apartados.
Las
auténticas obesidades son aquellas en las que la mujer o el varón se ven gordos,
los demás también los ven gordos y la báscula delata el sobrepeso. Entonces hay
que seguir un régimen estricto y programado para lograr una pérdida paulatina de
peso, lo ideal es que un especialista controle este tratamiento. Junto a la
dieta es fundamental el apoyo psicológico que parte del médico y sobre todo de
los familiares que rodean y conviven con el obeso. Los grupos de obesos que
trabajan de forma muy similar a los grupos de alcohólicos se han demostrado como
altamente eficaces, en ellos los pacientes se apoyan, estimulan y gratifican
entre sí en su lucha contra la obesidad. Pero lo más difícil no es perder peso,
sino mantener la pérdida sin volver a ganarlo rápidamente, para ello no basta
con seguir una dieta dramática y perder los kilos, sino que hay que cambiar los
hábitos alimenticios que provocan el sobrepeso. Esto se logra con Técnicas de
Modificación de Conducta que tienen unos puntos de partida.
—
Describir la conducta que hay que controlar, para ello el paciente tiene que ir
escribiendo todo lo que come a lo largo del día, el momento en que lo hace y las
circunstancias en que se produce cada comida.
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Modificar y controlar los estímulos que condicionan la ingesta de alimentos.
Muchas personas comen en diversos sitios a salto de mata, donde les pilla o les
entra hambre. Lo ideal es que los obesos coman sólo en un lugar y que cuando lo
hagan estén centrados en ello, no vean la tele, no hablen con otras personas ni
lean el periódico; que simplemente coman y se den cuenta de lo que están
comiendo.
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Desarrollar técnicas de control del acto de comer que ayudan a disminuir la
velocidad con que se come, como ir contando los bocados, masticar un número
concreto de veces cada bocado o dejar los cubiertos en el plato tras cada uno de
ellos.
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Reforzar y gratificar los éxitos sobre la comida y los descensos de peso en la
familia, con el médico o en el grupo (si el sujeto acude a él).