|
PROBLEMAS DE SALUD MENTAL EN MUJERES DE DISTINTAS ETNIAS
Las definiciones del término normal que aparecen a menudo en los textos de
psicología incluyen características como control emocional, independencia,
capacidad de pensamiento abstracto y lógico, capacidad de diferir la
satisfacción, felicidad, preocupación por desarrollar al máximo las propias
posibilidades y sentir el propio yo como individuo autónomo, capaz de
controlar el medio. El problema que plantean estas definiciones consiste en
que se basan en la experiencia del yo y de la salud de los varones de clase
media. Es posible que no reflejen la experiencia de las mujeres ni de las
personas de distintas etnias. Con frecuencia las mujeres tienen menos poder
y controlan menos su medio. Y con respecto a los grupos étnicos es más
frecuente que las personas se preocupen más por las relaciones con su
familia y su comunidad que por su progreso personal como individuo. Por
tanto, es probable que las definiciones de normalidad que presenta la
psicología no sean adecuadas para las mujeres de distintas etnias.
Para los indios norteamericanos, la definición de bienestar y el método para
tratar los trastornos se oponen a los de la corriente principal de la
psicoterapia de los Estados Unidos. En la mayoría de las culturas indias, se
considera que una persona se encuentra bien cuando es pacífica y rebosa
fortaleza mediante el autocontrol y su adhesión a los valores culturales
indios. Cuando una persona está trastornada, se utilizan los sistemas
tradicionales de curación, que suponen un proceso comunitario que ayuda al
individuo afectado, al tiempo que reafirma las normas de la comunidad; el
proceso acentúa los aspectos holistas y naturalistas.
Sea dentro de las reservas o no, las mujeres indias experimentan intensas
situaciones estresantes, pero parecen reacias a utilizar los servicios de
salud mental. Esta reacción en contra se debe, en parte, a que consideran
que dichos servicios no responden a sus necesidades ni a sus personas. A
menudo, los indios que utilizan los servicios de salud mental expresan su
preocupación porque esos servicios configuren su conducta en una dirección
incompatible con su cultura.
Las mujeres asiáticonorteamericanas también experimentan el estrés provocado
por el racismo y el sexismo y las refugiadas se han visto expuestas a
situaciones estresantes extremas. Sin embargo, las estadísticas indican que
los asiáticonorteamericanos, en comparación con los anglosajones, utilizan
poco los servicios de salud mental. La explicación tradicional consiste en
que la proporción de trastornos mentales entre los asiáticonorteamericanos
es baja. No obstante, parece más exacto decir que, para la cultura
asiáticonorteamericana, el trastorno mental es una vergüenza y un estigma,
de manera que los individuos no piden ayuda hasta que no estalla un
auténtica crisis y se han probado todos los recursos de la familia y de la
comunidad. Más aún, cuando los asiáticonorteamericanos buscan una terapia,
descubren a menudo que ésta no se muestra sensible con los valores de su
cultura.
Tampoco los hispanos utilizan demasiado los servicios de salud mental y las
hispanas son menos asiduas que los hispanos. Se han propuesto una serie de
factores para explicar por qué los hispanos no son muy proclives a utilizar
esos servicios: es posible que los que existen en la actualidad no estén a
su alcance; algunos sectores de la población hispana utilizan métodos
tradicionales para el tratamiento de estos problemas, en vez de la
psicoterapia al uso.
La psicología tiene que afrontar la tarea de elaborar métodos
psicoterapéuticos sensibles a las distintas culturas. |
|