El psicoanálisis es un sistema terapéutico basado en la teoría de Freud. Tanto la teoría freudiana como el psicoanálisis han recibido duras críticas de las feministas. Algunas creen que el psicoanálisis está intrínsecamente sesgado o, al menos, es muy probable que lo esté, desde el punto de vista del sexo. Otras, sin embargo, creen que puede aplicarse de manera no sesgada, hablándose, incluso, de psicoanálisis feminista.

El problema que presenta el psicoanálisis consiste en que algunos de sus conceptos centrales están sesgados con respecto al sexo. Por ejemplo, los desvelos de la mujer por conseguir el éxito pueden interpretarse como envidia del pene. Las mujeres que disfrutan con el orgasmo en la masturbación pueden ser consideradas inmaduras y, por tanto, presionarlas para que procuren conseguir un orgasmo más maduro: el vaginal. Las pruebas indican que, a veces, las mujeres sometidas a psicoanálisis se han convencido de que son inferiores, masoquistas, etcétera.

En consecuencia, aunque exista la posibilidad de un psicoanálisis feminista o no sexista, las clientas deben sensibilizarse ante el potencial sexismo del psicoanálisis.