QUÉ ES LA PERSONALIDAD
El
término «personalidad» se suele asociar con frecuencia a la idea de un cierto
atractivo social. Cuando decimos de alguien que «tiene mucha personalidad»
queremos dar a entender que cuenta con una serie de rasgos que resultan muy
atractivos para los demás: simpatía, ingenio, don de gentes... No es extraño,
por tanto, que, coloquialmente hablando, todo el mundo aspire a «tener
personalidad», pero... ¿qué es exactamente la personalidad?
El
término «personalidad», al igual que «persona», deriva del latín personara,
palabra que designaba a la máscara con que cubrían su rostro los actores durante
las representaciones dramáticas. Poco a poco, el término fue pasando de su
significado concreto a otros de índole más abstracta; Cicerón en su obra De
officiis considera ya que la «persona» está determinada por cuatro tipos de
rasgos:
a) Los que nos vienen
dados por la propia naturaleza —natura—, que son comunes a todos los hombres.
b) Los que son propios de
cada individuo en concreto.
c) Los que son fruto de
las circunstancias entre las que vivimos —tempus.
d) Los que adquirimos
mediante una elección personal —indicio nostro.
En el
siglo III los Padres de la Iglesia usaron el término para referirse a las tres
«personas» de la Santísima Trinidad y los filósofos medievales lo orientaron
hacia los aspectos éticos y peculiares del individuo. Aunque ha ido variando de
significado, hay una idea que siempre prevalece: «Engloba el conjunto de
cualidades del sujeto.» Para definirla podemos decir que la personalidad
representa «la estructura psicológica total del individuo, tal y como se revela
en su forma de pensar y expresarse, en sus actitudes e intereses, en sus
acciones y en su visión de la vida». Kurt Schneider define el «núcleo de la
personalidad como el conjunto de sentimientos, estimaciones, tendencias y
voliciones de un individuo».
Otra
definición, entre las muchas que existen, dice que es el conjunto de cualidades
propias que condensan elementos biológicos, psicológicos y socioculturales que
conforman un todo propio e individual que aparece ante los demás y modula el
comportamiento. Hay tres puntos a destacar de la personalidad:
1. Es una
unidad de elementos que constituye un sello peculiar y propio.
2. Es la
forma de responder ante los estímulos y circunstancias de la vida, que es donde
se ve cómo unas cualidades destacan sobre otras, siendo las que caracterizan al
sujeto.
3.
Integra el conjunto de las funciones psíquicas y da como resultado el
comportamiento.
Si nos
paramos a pensar, descubrimos que podemos definir muchos tipos de personalidad o
cargar de atributos la personalidad de cada individuo. Allport y Odbert
encontraron en la lengua inglesa cerca de 18.000 palabras que podían utilizarse
para definir la personalidad, muchas de ellas coincidentes. La tarea de la
psicología es determinar qué cualidades son verdaderamente definitorias y
relevantes para poder caracterizar y denominar la personalidad. Hay dos
criterios que son los más usados para definir la personalidad: el tipo y los
rasgos.
La
tipología permite clasificar a los individuos según tipos, de forma que siempre
quedaría uno encuadrado dentro de uno de ellos. Estos tipos de personalidad se
basan en características psicológicas, el psicotipo, y morfológicas, el biotipo.
El rasgo
se refiere a cualquier aspecto de la personalidad lo bastante importante como
para caracterizar o distinguir, como ser tímido, pesimista, trabajador o
simpático. La definición de los rasgos es el método más empleado para describir
la personalidad de un individuo y son éstos los que determinan y miden los test
de personalidad. La diferencia de los rasgos entre unas personas y otras es
cuantitativa más que cualitativa, es decir, la mayoría de las personas tienen
los mismos rasgos, pero aquellos que presentan con más intensidad son los que
definen su personalidad. Por ejemplo, se puede ser poco simpático o claramente
antipático, un tanto retraído o francamente tímido. Las escalas de personalidad
cuantifican estos rasgos y según las puntuaciones determinan la personalidad
individual. Hay dos tipos de rasgos, los unipolares y los bipolares. El rasgo
unipolar es el que, partiendo de cero, se extiende al límite máximo de la
manifestación, es el caso de los rasgos somáticos como la talla y el peso, o la
misma inteligencia. El rasgo bipolar es el representado por dos polos opuestos
que en el centro tienen el punto cero, como simpatía-antipatía,
masculinidad-feminidad, introversión-extraversión... La personalidad viene
definida sobre todo por rasgos bipolares.
Estructura de la personalidad.
La
estructura de la personalidad se compone de cinco dimensiones que vamos a
esquematizar:
1.
Dimensiones somáticas:
— Morfológicas: talla,
peso, conformación esquelética...
— Fisiológicas: pulso,
respiración, sudoración, aspectos hormonales, equilibrio
simpático-parasimpático.
2.
Inteligencia y aptitudes.
3.
Temperamento: determinado por factores bipolares como control-impulsividad,
objetividad-subjetividad, dominio-sumisión...
4.
Estructuras motivacionales:
— Necesidades: orgánicas,
ambientales...
— Intereses: diversiones,
cultura...
— Actitudes: políticas,
religiosas, sociales...
5.
Dimensión psicopatológica: que viene expresada por los trastornos de
personalidad.