|
LA RELACIÓN ENTRE
SUEGRAS, YERNOS Y NUERAS
En estudios realizados de Sociología se pone de manifiesto que las
relaciones con la familia política son la causa más frecuente de conflicto
entre las parejas jóvenes. La mitad de los encuestados afirma tener
discusiones en este sentido de vez en cuando, mientras que un 4% confesaba
tenerlas de forma continua.
El antiguo conflicto suegra-nuera es de carácter universal. Hay muy poco que
se pueda hacer, salvo aplicar el dicho “a mal tiempo, buena cara”. En
Oriente, hasta existen leyendas de mujeres ancianas abandonadas en las
montañas por instigación de sus nueras.
Hoy día, este conflicto es más complicado que nunca. Según las estadísticas,
la esperanza de vida va en aumento, las familias cada vez son más pequeñas y
la diferencia entre el índice de mortalidad de los hombres y de las mujeres
se va haciendo mayor. ¿En qué ha resultado todo esto? En que como cada vez
son más las mujeres que superan los setenta años de edad, e incluso los
ochenta, el conflicto entre suegra-nuera y suegra yerno ha dejado de ser la
corta carrera de velocidad de antaño para convertirse en un maratón
agotador.
Relaciones suegra-yerno
Una de las situaciones más difíciles que debe enfrentar la mujer madura se
presenta cuando los hijos han llegado a la mayoría de edad y hay que
cederlos a ésos intrusos que se llaman marido o esposa. Ha llegado el
momento de renunciar a ellos y aceptar forzosamente que los hijos no son de
su propiedad.
La solución de éste conflicto no se da siempre en forma adecuada, y por el
contrario se presentan con frecuencia verdaderas situaciones dramáticas, que
justifican en parte la actitud despectiva contra la suegra que observamos
cotidianamente en los chistes, las comedias de teatro o TV, y las tiras
cómicas. Los lectores de éstas últimas, estamos familiarizados con las
arremetidas de doña Tremebunda contra su yerno Condorito, sólo amortiguadas
por la astucia verbal y el cinismo de éste; igualmente con el sufrimiento de
Olafo El Amargado, cuando llega, no de visita sino de hospedaje, la madre de
Helga a tomar las riendas del hogar.
Las múltiples relaciones conflictuales que se plantean en la relación entre
suegra y yerno tienen raíces muy profundas que fueron magistralmente
expuestas por Freud:
"sabido es que, incluso en los pueblos civilizados, constituyen las
relaciones entre yerno y suegra uno de los lados más espinosos de la
organización familiar... más de un europeo se sentirá inclinado a ver un
acto de alta sabiduría en las prohibiciones impuestas por los pueblos
salvajes a la relación entre dichas dos personas de parentesco tan cercano.
No puede dudarse de que la situación psicológica del yerno y la suegra
entraña algo que favorece la hostilidad y hace muy difícil su vida en
común... A mi juicio trátase aquí de relaciones ambivalentes compuestas a la
vez de elementos afectuosos y hostiles ".
Algunos de éstos afectos resultan fácilmente explicables. Por parte de la
suegra existe la ansidedad de separarse de su hija; la desconfianza hacia el
extraño al cual se ha entregado, y la tendencia a imponer a pesar de todo,
su autoridad, como lo hace en su propia casa. Por parte del yerno, hay
generalmente la decisión de no someterse a ninguna voluntad ajena. Freud, al
referirse a los tabúes de las tribus primitivas, menciona algunos de ellos,
que podrían resultar extraños para nuestra mentalidad de presuntos
civilizados; la prohibición más extendida recae sobre las relaciones entre
suegra y yerno, que existe en los pueblos australianos, melanesios,
polinesios y entre los negros africanos en general.
En las islas Banko, el yerno y la suegra deben evitar aproximarse el uno al
otro. Cuando por casualidad se encuentran en el camino, la suegra debe
apartarse y volver la espalda hasta cuando el yerno haya pasado. En las
islas Salomón el hombre casado no debe ver ni hablar a su suegra. Cuando la
encuentra, debe fingir no conocerla y correr tan rápido como le sea posible
a esconderse. La comunicación entre ellos se efectúa por medio de una
tercera persona o hablándose en voz alta, separados por un obstáculo
natural.
Entre los zulúes, existe la costumbre que el hombre se avergüence de la
suegra; no entra en la cabaña si ella se halla adentro y cuando se
encuentran uno de ellos debe esconderse entre los arbustos o el hombre debe
taparse la cara con el escudo.
Relaciones suegra-nuera
Las relaciones entre suegra y nuera no son menos conflictivas. El problema
se intensifica cuando los lazos entre madre e hijo han sido muy intensos por
tratarse de ser hijo único o cuando no existe el padre en el hogar. En tales
casos es bien difícil la aceptación de esa especie de cuerpo extraño
representado por la nuera, que amenaza con romper el débil equilibrio
afectivo de la suegra. Casi siempre la entrada de la novia o esposa en el
medio familiar suele ser recibida con reparos o críticas solapadas. Estas
relaciones conflictivas sólo se resuelven positivamente en razón directa con
la madurez, bondad y capacidad amorosa auténtica de ambos componentes.
Es muy importante el entender que nuestros hijos se pertenecen únicamente a
sí mismos y que nuestro interés central no debe ser el retenerlos sino
ayudarles a que sean felices en sus propios destinos.
Afortunadamente la calma y la estabilidad llegan casi siempre a la par con
el nacimiento de los nietos, pues la madre-abuela encuentra una renovada
manera de ejercer sus ansias maternales, favoreciendo la gratitud, la
felicidad y la libertad de sus hijos. |
|