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La teoría del
aprendizaje
La teoría del aprendizaje hace hincapié en que todos los animales, incluidos
los humanos, exhiben o son capaces de actividades homosexuales. En
consecuencia, parece que los animales son bisexuales y que el ambiente puede
tener gran influencia en la elección de compañero sexual. En algunas
culturas primitivas, un varón puede ser el compañero sexual apropiado para
un varón joven, mientras que, en la edad adulta, el compañero sexual
aceptado puede ser una mujer.
Por tanto, quizá los humanos no tengan una preferencia innata por el otro
género como compañero sexual adecuado, aunque la naturaleza del
condicionamiento y de la socialización canalicen esta disposición. Es decir,
las presiones culturales alinean un impulso generalizado en una dirección
prescrita por la misma cultura. Sobre la conducta sexual en humanos y
animales, existen detalladas pruebas de la herencia bisexual de los humanos
que tiende a confirmar la idea antes apuntada. Podríamos concluir que la
conducta heterosexual es una forma de ser adquirida, o sea, aprendida. La
teoría del aprendizaje indica que el desarrollo heterosexual es, en
realidad, más aleatorio de lo que suele suponerse. No sólo deberíamos
preguntarnos: ¿por qué se desarrollan como tales los homosexuales y las
lesbianas?, sino también: ¿por qué se desarrollan los heterosexuales en
cuanto tales?
En consecuencia, la perspectiva de la teoría del aprendizaje consiste en que
los humanos disponen de un conjunto amplio de tendencias sexuales que,
dependiendo de la experiencia y de las circunstancias, puede ser
condicionada en un sentido u otro, hacia la heterosexualidad o hacia la
homosexualidad. Este punto de vista presenta el problema de que asume que el
desarrollo del homosexual masculino y el de la homosexual femenina son
similares, lo que parece difícil ante las distintas experiencias y
categorías de hombres y mujeres en nuestra cultura, aspecto que reconocen de
forma más clara las teorías psicoanalíticas. Por otra parte, el modelo de la
teoría del aprendizaje considera sin dificultad el lesbianismo como una
forma normal de conducta, a diferencia de las teorías psicoanalíticas, que
la tratan como desviada o compensadora. |
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