SABER
COMUNICARSE: EL LENGUAJE NO VERBAL
Si usted
hojea algunos libros sobre este tema se encontrará con que, cuando hablan del
lenguaje no verbal, se refieren a los gestos del cuerpo, a la mirada, al
contacto, a los movimientos que hacemos o a la proximidad o lejanía de nuestro
cuerpo y el del interlocutor. Todo ello es cierto, dependiendo de cómo miremos
al otro o de los gestos que hagamos con nuestro rostro, de cómo nos sentemos o
coloquemos a su lado y de la orientación que tengamos hacia él (si es frontal, o
le damos la espalda, o nos ponemos de lado), así se sentirá y así reaccionará.
Aunque
existe un acuerdo unánime en que este lenguaje no verbal está constituido por la
expresión del cuerpo, hay mensajes constituidos por actos donde no interviene ni
la palabra, ni el gesto, ni la voz, etcétera, y podemos considerarlos como un
lenguaje que transporta significado para el otro. Hay miles de actos no
catalogados como palabras ni gestos que hablan por sí mismos y poseen una fuerza
de influencia poderosa. Inexplicablemente, esto no se encuentra en los libros de
comunicación y, sin embargo, tiene gran importancia.
¿Qué pasa
cuando alguien que usted conoce y que está en la otra punta de la barra de una
cafetería paga su consumición sin decirle una sola palabra? ¿Qué ocurre si
alguien que va conduciendo en otro coche le pita reiteradamente o le cierra el
paso bruscamente o se pica con usted en la velocidad? ¿Qué está comunicando una
persona que se sienta a tu mesa y empieza a comer antes que nadie o se sirve él
mismo y no a los demás o si al comer hace ruido o habla con la boca llena o no
guarda las mínimas normas de protocolo? ¿Qué lenguaje utilizamos cuando dejamos
aparcado nuestro coche delante de un vado permanente o en doble fila, dejando
encerrado a otro coche e impidiendo que salga? Eso es lenguaje no verbal, son
acciones donde no media la palabra, pero que tienen un significado, que indica
que el otro no nos cae bien, no nos importa, no nos respeta o no nos tiene en
cuenta. Y si mandamos un ramo de flores o un regalo cualquiera, ¿no nos estamos
comunicando sin palabras? Nuestra vida está plagada de mensajes no verbales, de
acciones que significan algo.
Pero
también las omisiones tienen significado. No acudir al funeral de un conocido,
no hacer ni caso e ignorar a una persona en una conversación, no contar con otro
para tomar una decisión aunque le afecte, son varios ejemplos de la importancia
que la comunicación por omisión de actos tiene para el interlocutor o receptor
de quien se trate.
Por
tanto, en cuanto emisores, hemos de saber que cualquier cosa que decimos,
hacemos o no hacemos tiene una influencia en nuestra comunicación con el otro...
y el otro reaccionará en consonancia.