LOS
ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES
Ya
sabemos que existen tres grupos distintos de grasas.
Las
grasas saturadas se encuentran en la carne, la leche o los huevos. Un exceso en
su consumo puede provocar graves problemas de salud, como el aumento de los
niveles del colesterol, trastornos cardiovasculares y sobrepeso. Se aconseja que
no aporten más del 10 % de las calorías diarias para una persona adulta.
Las
grasas monoinsaturadas están presentes en el aceite de oliva, contribuyen a
reducir el llamado colesterol malo y pueden llegar a aportar hasta un 15 % de
las calorías diarias en una dieta equilibrada.
Las
grasas poliinsaturadas son las que se encuentran en los aceites de girasol,
germen de trigo, en los aceites de pescado azul y en los aceites de borraja y
onagra, entre otros. Están consideradas como las más beneficiosas para la salud,
aunque bastará con que alcanzen el 10 % del aporte calórico diario. Son los
productos de esta tercera categoría los que se tratan en este apartado.
Un ácido
graso es una cadena de átomos de carbono unidos entre sí, y unidos también a
átomos de hidrógeno, con un carbóxilo en cada extremo, que es el que aporta
acidez y al que deben su denominación como ácidos. En los ácidos grasos
insaturados, al menos una pareja de átomos contiguos está unida por un doble
enlace. Cuando sólo exista un doble enlace hablaremos de ácidos monoinsaturados;
cuando haya más de uno, de poliinsaturados. La palabra Omega indica la posición
en la que se encuentran los dobles enlaces.
Los
ácidos grasos esenciales forman parte de la estructura de todas las membranas
celulares y de los órganos por ellas formados. Se llaman esenciales porque el
organismo los necesita pero no es capaz de sintetizarlos por sí mismo, sino que
debe adquirirlos con los alimentos. Su déficit o ausencia reportan trastornos
importantes para la salud, como alteraciones del sistema nervioso, descamación
de la piel, caída del cabello, trastornos hormonales y retrasos en el
crecimiento.
Trastornos y dolencias tratables con ácidos Omega 3 y 6
•
Artritis reumatoide
• Dolores
de espalda, lumbalgias
•
Migrañas
•
Trastornos menstruales y premenstruales
•
Trastornos de la menopausia
• Quistes
mamarios
•
Problemas del embarazo
•
Obesidad
•
Hipertensión arterial
•
Arteriesclerosis
•
Hiperactividad infantil
• Estrés
•
Alteraciones dermatológicas, eccemas y forúnculos
En el
organismo, un ácido Omega 6 no se transformará nunca en Omega 3, ni al
contrario, pero sí en sustancias biológicas necesarias para nuestra salud y con
funciones diferentes. Una dieta saludable debe procurar establecer un equilibrio
entre ambos tipos de ácidos, evitando un desfase. Por regla general la dieta
occidental se considera rica en ácidos Omega 6, pero pobre en Omega 3. El
dictamen compartido de muchos especialistas es que sería aconsejable reducir el
consumo de ácidos grasos saturados, como las carnes rojas y los productos de
bollería, y sustituirlos por un incremento de los alimentos ricos en Omega 3.
|