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LOS
PORTADORES DE LA FRECUENCIA
El movimiento hacia afuera, hacia la forma no se expresa con igual intensidad en
todas las personas. Hay quienes sienten un fuerte impulso para construir, crear,
participar, lograr o dejar una huella en el mundo. Si permanecen en estado de
inconsciencia, el ego asumirá naturalmente el control y aprovechará la energía
del ciclo expansivo para sus propios fines. Sin embargo, eso reduce
considerablemente la corriente de energía creadora que tiene a su disposición,
razón por la cual cada vez necesitan esforzarse más por obtener lo que desean.
Si están en estado de conciencia, estas personas en quienes el movimiento
expansivo es fuerte son altamente creativas. Otras personas, cuando la expansión
natural que viene con el crecimiento ha llegado a su fin, llevan una existencia
hacia afuera menos notable y aparentemente más pasiva y tranquila.
Son
personas que por naturaleza miran hacia adentro y, para ellas, el movimiento
expansivo hacia la forma es mínimo. Preferirían regresar al hogar en lugar de
salir. No anhelan participar decididamente en el mundo ni cambiarlo. Si tienen
alguna ambición, generalmente se limitan a encontrar algo para hacer a fin de
lograr un cierto grado de independencia. Para algunas no es fácil encajar en
este mundo. Algunas tienen la suerte de encontrar un nicho acogedor donde puede
llevar una vida relativamente protegida, un trabajo que les proporciona una
fuente de ingresos constante o una pequeña empresa propia. Algunas se sentirán
atraídas por la vida en un monasterio o una comunidad espiritual; otras podrán
aislarse y vivir al margen de una sociedad con la cual sienten poco en común;
algunas recurren a las drogas por que la vida en este mundo les parece demasiado
dolorosa. Otras, con el tiempo, se convierten en sanadoras o guías espirituales,
es decir, maestros del Ser.
En épocas
pasadas quizás se las habría llamado contemplativas. Es como si no tuvieran un
lugar en la civilización contemporánea. Sin embargo, con el surgimiento de la
nueva tierra, su papel es tan vital como el de los creadores, los hacedores y
los reformadores. Su función es la de anclar la frecuencia de la nueva
conciencia en este planeta. He dicho que estas personas son las portadoras de la
frecuencia, están aquí para generar conciencia a través de las actividades de la
vida cotidiana, a través de su interacción con los demás, y "limitándose a ser".
En este
sentido, son las personas que imprimen un significado profundo a las cosas
aparentemente insignificantes. Su labor consiste en traer la quietud espaciosa a
este mundo estando absolutamente presentes en todo lo que hacen. Hay conciencia
y, por tanto calidad, en todo lo que hace, por intranscendente que sea. Su
propósito es hacerlo todo de una manera sagrada, y puesto que cada ser humano es
parte integral de la conciencia colectiva humana, tienen un impacto sobre el
mundo mucho más profundo de lo que sus vidas aparentan.
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