MANTRAS Y AFIRMACIONES
La mente está constantemente en movimiento, jamás descansa. Los pensamientos
surgen de todas partes: del pasado (la discusión que tuvo con su padre hace
veinte años), del presente (¿dejó la cafetera con el fuego encendido?), del
futuro (hay tantas cosas que hacer este fin de semana), y parece como si no
hubiese un espacio vacío entre dos pensamientos o fuera imposible tenerlos
bajo control.
¡Su mente y sus
pensamientos no deberían ejercer un control sobre usted, por el contrario,
debería ser usted quien ejerciese un control sobre ellos! Una de las maneras
más eficaces de lograrlo consiste en dirigir los procesos mentales y
hacerlos más lentos mediante el uso de un mantra.
Los mantras son
palabras y sonidos dotados de poder que los budistas y los hindúes utilizan
para la sanación y el desarrollo espiritual. Son términos o expresiones que
actúan sobre la mente. ¿No ha notado que algunas frases o palabras le
afectan más que otras? El efecto de las palabras puede ser bueno o malo. El
sonido de la(s) palabra(s) o los mantras conecta a quien lo pronuncia con un
nivel más elevado de conciencia. Cuando se elige un mantra con un
significado personal, éste se hace más poderoso. El objetivo de un mantra es
el sosiego de la mente y las emociones, y centrar la atención en el momento
presente, vivir el momento presente.
Cada religión tiene
un mantra. Uno de los más antiguos y populares es el término hindi rama,
que quiere decir "alegría". Otros ejemplos de mantras son el kirie
eleison de los ortodoxos, el Alá musulmán y el Ave María
de los católicos, o simplemente el nombre de Jesús. Sin embargo, no se
sienta obligado a elegir un mantra de tipo religioso. Un mantra puede estar
lleno de sentido para usted y carecer por completo de una connotación
religiosa.
Cualquiera que sea el
mantra que elija, úselo siempre que note que está comenzando a enojarse o
sentirse herido. En vez de reaccionar con ira ante una determinada
situación, repítase el mantra en silencio hasta que se tranquilice.
Eknath Easwaran,
escritor, conferenciante y fundador del Blue Mountain Center of Meditation,
en Berkeley, California, ha enseñado y dado conferencias sobre meditación y
espiritualidad por todo el mundo a lo largo de más de veinticinco años. En
su libro Take Your Time, Easwaran explica cómo nuestras mentes con
frecuencia se ven agitadas por pensamientos negativos. También enseña la
manera en que podemos hacer frente a este tipo de pensamientos.
Por ejemplo, cuando
usted pasa por delante de una panadería, es posible que su mente comience a
repetir de mado automático la palabra "bollo, bollo, bollo", cada vez con
mayor insistencia. Antes de que se dé cuenta -incluso si ya ha desayunado-
estará usted saliendo de la panadería con un bollo en la mano. Éstos son los
momentos en los que hay que recitar el mantra. Al pasar por delante de una
panadería repítase a sí mismo: "rama, rama, rama" (o el mantra que haya
elegido).
Puede que su mente
siga insistiendo "bollo, bollo, bollo". No importa, usted siga repitiendo
mentalmente "rama, rama, rama". A veces el bollo ganará y otras no. Pero si
es constante, llegará el día en que pasará de largo por delante de la
panadería. Su mantra habrá actuado sin que usted haya recurrido a él
constantemente.
Al usar el mantra,
liberamos nuestras mentes de la esclavitud del ego y las emociones. El
mantra permite que apartemos la atención de lo que el ego pone ante
nosotros, que no siempre es lo mejor, y nos brinda la oportunidad de
reflexionar y elegir.
También podemos usar
el mantra para mantener la mente en un estado positivo cuando estamos
aburridos o inquietos. Los mantras ayudan a calmar la mente. Repetir en
silencio nuestro mantra mientras caminamos, hacemos cola, incluso
conducimos, es extremadamente útil y relajante.
Elegir un mantra
Los mantras no deben
elegirse a la ligera. Lo más adecuado es elegir un mantra con el que uno se
sienta cómodo y que no tenga connotaciones desagradables. Estudié en un
colegio religioso. Para mí, las palabras "Ave María" están llenas de
recuerdos de los días escolares: ir a misa cada viernes santo, los uniformes
del colegio y los curas. El Ave María, en vez de hacerme sentir cómodo, me
distraería, porque me traería a la memoria muchos recuerdos dormidos. Pero
ésa es mi reacción personal a la Iglesia. En cambio algunos de ustedes tal
vez se sientan a gusto usando las palabras "Ave María", debido a que tienen
vivencias agradables y positivas. Todo se reduce a la interpretación
personal y el nivel de comodidad.
Un mantra ha de tener
un significado para la persona que lo usa. La(s) palabra(s) deben resonar en
el interior de su ser y hacer que la mente vuelva a centrarse en el momento
presente. "¿Y qué?" es un mantra muy simple que trabaja más con la atención
que con el sonido, pero que, sin embargo, es increíblemente eficaz. La
próxima vez que esté realmente irritado o molesto con una determinada
persona o situación pruébelo, diciendo en voz alta o repitiendo mentalmente:
"¿Y qué?". Fíjese en lo rápidamente que disminuye esa montaña de
irritabilidad, hasta quedar reducida a su verdadero tamaño en el esquema de
las cosas importantes.
Una vez que haya
elegido un mantra, no lo cambie. Cada vez que repita el mantra, usted
penetrará un poco más en su propio interior. Ésta es la razón principal por
la que no conviene cambiar de palabras.
Afirmaciones
Hace tiempo que los
profesionales de la salud han reconocido que muchos trastornos físicos
tienen su origen en la actitud emocional y mental de las personas. La imagen
que uno tiene de sí mismo afecta a su estado físico, tanto si se da cuenta
de ello como si no. Si una persona se siente incómoda con relación a sí
misma o la situación que le ha tocado vivir, su cuerpo adopta una postura
cansada, los músculos de su cara parecen caídos y habla en un tono más bajo,
sin la inflexión habitual. Los colores y el tipo de ropa que una persona
lleva puestos cuando no está a gusto consigo misma también expresan su
condición emocional. Cuando uno se siente bien y seguro de sí mismo, camina
más erguido y sonríe más. La postura física y mental mejora enormemente.
Las afirmaciones
positivas le ayudarán a cambiar la visión que tiene acerca de sí mismo e
incluso de su ambiente. De la misma manera que uno llega a creerse las
declaraciones negativas sobre uno mismo, también llegara a creerse las
positivas. Tenemos esas viejas cintas grabadas que constantemente repiten en
nuestras mentes: "No soy lo bastante bueno", "No juego bien al fútbol",
"Estoy demasiado ansioso". Tenemos que cambiar completamente esos
pensamientos negativos y programarlos de nuevo de una manera positiva, sin
añadirles palabras como debería, quizás o algunas veces.
En lugar de decir:
"No juego bien al fútbol", diga: "Estoy haciendo todo lo posible para jugar
bien a este deporte"; en vez de "Estoy demasiado ansioso", diga: "Estoy
tranquilo y relajado". Hay que hacer hincapié en el estado que se desea
obtener. Por ejemplo, hay que decir: "Hoy mi espalda está bien y es fuerte",
en vez de "Hoy no me duele la espalda". Este cambio de énfasis representa
una gran diferencia de perspectiva mental. Algunas personas dirán que sólo
es cuestión de palabras. Pero cuando usted dice que algo no está sucediendo,
no es lo mismo que si afirmara que algo sí está sucediendo.
Cuando pone las
afirmaciones en un marco positivo, no por ello está ignorando la
situación/enfermedad: está creando las condiciones para que surja una
circunstancia nueva, una actitud nueva. Estas afirmaciones se pueden
repetir tan a menudo como quiera y durante todo el tiempo que guste, de
cinco minutos a media hora. Aunque son más eficaces después de la
meditación, las afirmaciones se pueden repetir en cualquier momento del
día.
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