|
Dificultades de la primera etapa
EL PASO SIGUIENTE: NECESIDAD DE VACIAR EL INCONSCIENTE
A pesar de los hermosos principios, se da uno cuenta de que, efectivamente,
parece haber una montaña entre su ideal y su comportamiento cotidiano. Uno
sabe, por ejemplo, que practicar el amor incondicional le haría sentirse
libre y dichoso; pero, con frecuencia, se siente incapaz de vivirlo en sus
relaciones personales, y sigue siendo envidioso, dependiente o dominante.
Uno sabe que debería mantener la serenidad y el equilibrio en cualquier
circunstancia; pero, a veces, el caballo se encabrita y se deja uno llevar
por determinadas emociones. Uno comprende que es bueno servir, pero no tiene
ningunas ganas de hacerlo. Uno sabe que es importante mantener el espíritu
abierto, pero se empecina todavía en el mecanismo de querer tener razón. Uno
sabe muchas cosas, y trata de conducirse de la manera más armoniosa posible,
pero se da cuenta de que una parte de sí mismo presenta una gran resistencia
a pesar de su buena voluntad. Resurgen las viejas memorias, y los mecanismos
de las estructuras del carácter le roban toda libertad; y eso tiene
consecuencias en todos los aspectos de la vida: relaciones difíciles, baja
energía, emociones negativas, mala salud, creatividad limitada, etc. Se le
escapan la paz y la alegría de vivir, aun sabiendo tantas cosas y haciendo
tantos esfuerzos...
Muchas personas se detienen en esa etapa y tropiezan sin cesar con las
resistencias de la personalidad. Al llegar a este punto, es importante
comprender el proceso y saber qué tipo de dificultades forman parte del
camino; y también es importante saber que hay que pasar a la etapa
siguiente, la de quitar obstáculos del inconsciente.
Pero la preparación consciente no habrá sido inútil, ni mucho menos. Si
acompaña a un primer contacto con el alma, constituirá una base sólida para
emprender el trabajo sobre el inconsciente. Es muy importante haber
trabajado y asimilado lo suficiente esta primera etapa, de lo contrario
puede encontrarse con otro tipo de dificultades. Es lo que suele ocurrirles
a algunas personas que, en busca de un mayor bienestar interno, empiezan por
hacer un trabajo sobre el inconsciente, en general a partir de alguna
técnica de sanación o de purificación de las que proliferan en la nueva era.
Si el proceso tiene lugar sólo en cuanto a la personalidad, el impacto será
limitado, y no presentará inconveniente alguno. Pero si esas técnicas se
aplican a un trabajo más profundo, se arriesga uno a encontrarse ante
grandes dificultades.
En efecto, cuando se aborda el trabajo sobre el inconsciente, se despiertan
viejas heridas y resurgen experiencias difíciles. Si de verdad quiere hacer
un trabajo profundo, es de gran importancia haber integrado previamente los
dos aspectos indicados antes, o sea:
— el trabajo consciente, que ayuda a la persona a comprender el mecanismo
del que quiere liberarse y asumir su responsabilidad; y
— el mayor contacto posible con el alma, como se ha descrito en los espacios
precedentes, para que la persona tenga la suficiente solidez y fuerza
interior para hacer frente a las tormentas momentáneas que sin duda surgirán
del inconsciente.
Así como hemos señalado la ineficacia, o incluso el peligro, de lanzarse a
técnicas espirituales aparentemente avanzadas sin unos cimientos sólidos,
también insistimos en lo importante que es trabajar sobre los distintos
aspectos de la parte consciente y reforzar la energía del Ser antes de
emprender un trabajo sobre el inconsciente. Muchas personas de buena
voluntad, deseosas de liberarse de viejas memorias, se lanzan a prácticas
directas de trabajo de sanación del pasado sin haberse preparado a nivel
consciente y supraconsciente, y se encuentran con grandes dificultades, o se
estancan sin saber por qué. Les falta la fuerza interior y la claridad de
ideas que les permitiría hacer frente a los fuertes torbellinos del
inconsciente. Lo que ocurre entonces es que, en esos momentos, los sistemas
de defensa se refuerzan; es una protección espontánea, y el trabajo se va
haciendo cada vez más difícil. No es que el método sea ineficaz, es la
preparación la que resulta insuficiente.
Tan necesario es limpiar el sótano como el resto de la casa, de lo contrario
puede ocurrir que los malos olores, los insectos y la podredumbre lo invadan
todo. Si las tuberías están muy viejas y se sale el agua, incluso pueden
dañarse los cimientos. No sirve de nada empapelar las paredes de la casa
todos los años, porque la humedad que sube del sótano lo despegará todo.
Dicho en otras palabras, a pesar de la buena voluntad consciente, no es
fácil mantener constantemente, en la vida cotidiana, una conducta inspirada
por el alma. Para ser más libre, para vivir a la luz del alma, habrá que
desalojar del inconsciente las viejas memorias del pasado. Es la segunda
etapa. ¡Pero hay que estar preparado!
En efecto, para limpiar el sótano de la casa, antes de sacar todos los
trastos y ponerlos en la planta baja, tiene uno que estar seguro de que allí
hay sitio, y de que tiene preparado el material de limpieza y a mano los
instrumentos de reparación adecuados. De lo contrario, puede que acabe con
trastos sucios y viejos por todas partes, tal vez basta con ratas..., y
entonces se encuentre uno en su casa mucho peor que antes. Es decir, que el
resto de la
casa ha de estar preparado para recibir el impacto momentáneo de la
limpieza. Es el objetivo de la primera etapa del trabajo que acabamos de
describir.
En muchas prácticas que tienen como objetivo la sanación del pasado, se
ignoran a menudo estos dos puntos. Por eso es por lo que, en el mejor de los
casos, son largas y poco eficaces. No hay más que recordar la decena de años
que necesita el psicoanálisis convencional para desalojar del inconsciente
determinados aspectos, mientras que, con métodos más modernos, utilizados en
un contexto consciente apropiado, se consigue en unas horas, en unos días,
o, como mucho, en unos meses. En la actualidad hay algunos métodos muy
drásticos para trabajar directamente sobre el inconsciente; pero, si se
utilizan sin la preparación adecuada, pueden desequilibrar a la persona y
dejarla más desvalida que antes. Cuanto más drástico sea el método, más
importante es tomar precauciones antes de utilizarlo.
Pero, si se ha realizado a fondo el trabajo consciente y se ha establecido
el suficiente contacto con el Ser, puede abordarse la segunda etapa, la de
quitar obstáculos del inconsciente directamente, de manera segura y eficaz. |
|