Un
interminable comienzo III
La
localización general del “Edén” era ciertamente conocida para las
generaciones bíblicas. Estaba “al oriente” -al este de la Tierra de Israel.
Estaba en una tierra regada por cuatro grandes ríos, dos de los cuales eran
el Tigris y el Eufrates. No cabe duda de que el Libro del Génesis sitúa el
primer huerto en las tierras altas donde tienen su origen estos ríos, en el
nordeste de Mesopotamia. Tanto la Biblia como la ciencia están completamente
de acuerdo.
En realidad, si leemos el texto original hebreo del Libro del Génesis, no
como un texto teológico sino como un texto científico, nos encontraremos con
que también describe con precisión el proceso de domesticación de la planta.
La ciencia nos dice que el proceso fue desde las hierbas silvestres hasta
los cereales silvestres, para luego llegar hasta los cereales cultivados y
seguir con los arbustos y árboles frutales. Y éste es exactamente el proceso
que se detalla en el primer capítulo del Libro del Génesis.
Y el Señor dijo:
Produzca la tierra hierbas;
cereales que por semillas produzcan semillas;
árboles frutales que den fruto según su especie,
que contengan la semilla en su interior.
Y así fue:
La
Tierra produjo hierba;
cereales que por semillas producían semillas, según su especie;
y árboles que dan fruto, que contienen
la semilla en su interior, según su especie.
El
Libro del Génesis prosigue diciéndonos que el Hombre, expulsado del jardín
del Edén, tuvo que trabajar duro para hacer crecer su comida. “Con el sudor
de tu rostro comerás el pan”, le dijo el Señor a Adán. Y fue después de eso
que “fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador”. El Hombre, nos dice la
Biblia, se hizo pastor poco después de hacerse agricultor.
Los estudiosos están completamente de acuerdo con esta secuencia bíblica de
los hechos. Analizando las diversas teorías sobre la domesticación de los
animales. F. E. Zeuner (Domesíication of Animáis) remarca la idea de
que el Hombre no pudo haber “adquirido el hábito de la domesticación o de la
cría animales en cautividad antes de alcanzar el estadio de la vida en
unidades sociales de cierto tamaño”. Estos asentamientos o comunidades, un
requisito previo para la domesticación de animales, siguieron al cambio que
supuso la agricultura.
El primer animal en ser domesticado fue el perro, y no necesariamente como
mejor amigo del Hombre sino también, probablemente, como alimento. Se cree
que esto pudo suceder alrededor del 9500 a.C. Los primeros restos óseos de
perro se han encontrado en Irán, Iraq e Israel.
La oveja fue domesticada más o menos por la misma época; en la cueva de
Shanidar se encontraron restos de ovejas de alrededor de 9000 a.C, que
demostraban que gran parte de las ovejas jóvenes de cada año se sacrificaban
por su carne y por sus pieles. Las cabras, que también dan leche, no
tardaron en seguirlas; y los cerdos, y el ganado con cuernos y sin ellos
fueron los siguientes en ser domesticados.
En todos estos casos, la domesticación se inició en Oriente Próximo.
|