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Los túneles del tiempo.
Al
comenzar el siglo, dos damas inglesas, las señoritas Jourdain y Moberley,
se vieron en vueltas en una "aventura" en el Pequeño Trianón, en
Versalles, donde creyeron sufrir una prolongada alucinación sobre la vida
en el palacete en la época de su apogeo. Fue un caso poco corriente y, sin
embargo, exactamente medio siglo después, otra pareja de inglesas, a las
que llamaremos Dorothy Norton y Agnes Norton para guardar su anonimato,
experimentaron una alucinación similar.
Ellas también estaban de vacaciones en Francia, en Puys, un pueblecito
cercano a Dieppe. A las 5 y 20 de la madrugada del 5 de agosto de 1951,
Agnes se despertó y preguntó a Dorothy: "¿Oyes ese ruido?" Dorothy lo oía:
de hecho lo había estado escuchando desde hacía "unos veinte minutos",
según el relato que escribió después. Las dos mujeres se quedaron
despiertas y escucharon los extraordinarios ruidos que parecían provenir
de la playa. Dorothy los describió después como "un rugido que disminuía y
aumentaba". Finalmente, encendieron la luz y salieron al balcón, pero no
pudieron ver la costa ni descubrir la fuente de los sonidos.
Imágenes de la incursión de las fuerzas aliadas en Dieppe en 1942. Según
las testigos oyeron los sonidos provenientes de esta batalla.
Los
ruidos eran cada vez más fuertes. Las dos mujeres pudieron distinguir
diferentes tipos. Dorothy identificó "gritos, cañonazos y bombarderos en
picado", además de un bombardeo ocasional; según Agnes, los sonidos eran
una mezcla de "cañonazos, granadas, bombarderos en picado, lanchas de
desembarco y gritos humanos". Agnes declaró también que "todos los sonidos
parecían llegar desde muy lejos, como en una transmisión por radio desde
Estados Unidos, por ejemplo, en inconfundibles ondas de sonido".
Mientras escuchaban los ruidos, las dos mujeres llegaron gradualmente a la
conclusión de que el origen de éstos debía ser paranormal. Para Dorothy
las experiencias psíquicas no eran nuevas; había tenido varias
anteriormente, aunque sólo una había sido sólo auditiva, como ésta. Había
ocurrido cinco días antes. Dorothy había despertado a causa de un ruido
similar, pero más débil. "Al final -dijo- me pareció oír hombres
cantando." Los sonidos se acallaron cuando cantó el gallo, y se
volvió a dormir. Pero Agnes no había oído nada, y no despertó.
Más
tarde, los críticos que no aceptaron la experiencia de las dos mujeres
como paranormal llamaron la atención sobre un punto. Dorothy y Agnes
tenían a su disposición una guía que contenía un breve relato de la
desastrosa incursión sobre Dieppe que habían realizado las fuerzas aliadas
el 19 de agosto de 1942. Ambas mujeres admitieron ante los investigadores
que conocían la existencia del relato de la guía, pero no lo habían leído
antes de aquella noche. Los críticos señalaron que hacia más de una semana
que estaban en Puys cuando ocurrió su experiencia; era raro que no
hubiesen sentido curiosidad por la incursión, cuyo escenario estaba muy
cerca de su hotel.
Mientras estaban en el balcón, a lo largo de tres horas, ambas tomaron
nota detallada de los momentos en que escuchaban diferentes tipos de
sonidos. Al día siguiente escribieron relatos separados, en los que
aparecen pequeñas variantes; por ejemplo: aunque ambas dicen que la
primera serie de ruidos cesó a las 4,50, Agnes afirmó que la segunda serie
había empezado a las 5,07, mientras Dorothy dijo que fue a las 5.05. Cada
una tenía su propio reloj, pero admitieron que el de Agnes solía ser más
exacto, ya que el de Dorothy atrasaba algo.
Existe un hecho que puede explicar pequeñas discrepancias como ésta.
Durante la segunda guerra mundial, Agnes había sido miembro del Women's
Royal Naval Service (WRNS). Como resultado de su entrenamiento, pudo haber
tenido un mayor conocimiento de las técnicas de observación y registro que
su compañera.
Los
investigadores G.W. Lambert y K. Gay, de la Society for Psychical Research
(SPR), establecieron un cuadro detallado en el que comparaban el relato y
las observaciones de las dos mujeres con lo sucedido durante la incursión
sobre Dieppe. Los acontecimientos del 19 de agosto de 1942 comenzaron a
las 3,47 de la madrugada. La hora cero para el desembarco de carros de
combate en Puys y Berneval tendría que haber sido a las 4,50, pero se
produjo una demora. La primera ola de barcazas llegó a Puys a las 5,07, y
a las 5,12 los destructores habían empezado a bombardear Dieppe. La fuerza
principal desembarcó a las 5,20. Los edificios de la costa ya estaban
siendo atacados por los Hurricane de la RAF, que llegaron a las 5,15. A
las 5,40 terminó el bombardeo. Exactamente 10 minutos después llegaron 48
aviones más de la RAF y se unieron a la batalla.
Estos detalles cronológicos fueron tomados por Lambert y Gay de un relato
de la incursión totalmente desconocido por las dos mujeres.
"Un ruido indescriptible"
En
septiembre de 1968, el señor R.A. Eades informó a la SPR de unas
vacaciones que había pasado en Francia con su familia, a fines de agosto
de 1951. En el curso de estas vacaciones, una noche que se hallaban
acampados al este de Dieppe fueron despertados por un "ruido
indescriptible, que continuó durante varias horas". La familia Eades
discutió lo que oía y comparó el ruido con "un zoológico enloquecido",
"una feria", "el recreo de una escuela amplificado y distante". Sin
embargo, estaban convencidos de que no se trataba de ninguna de estas
cosas, y al día siguiente se enteraron en la ciudad de que una draga había
estado trabajando en la bahía. La máquina seguía allí, ahora inactiva.
Después de una prolongada correspondencia acerca del caso, éste fue
reexaminado por un investigador independiente en 1969. Revisó todos los
detalles con cuidado; puso en duda algunos de los principales puntos del
relato, y puso de relieve otros, como por ejemplo la coincidencia con el
aniversario del salto temporal de Versalles. Todo ello evidenció que la
historia de la incursión a Dieppe, tal como la contaron Agnes y Dorothy,
contiene algunas inexactitudes. Pero lo mismo sucedió con la versión
Moberley-Jourdain de Versalles.
Las
experiencias paranormales extendidas casi nunca coinciden totalmente con
los hechos conocidos. Esto puede suceder porque mientras está presente un
elemento paranormal -o sea, que se recibe información a través de fuentes
extrasensoriales - las fuentes sensoriales también están transmitiendo
información "normal".
Pero la cuestión sigue en pie: las dos experiencias, la de Moberley y
Jourdain y la de las Norton, ¿fueron genuinamente paranormales? Lo cierto
es que, a pesar de sus puntos comunes, ambas experiencias tuvieron
características diferentes. La de Moberley y Jourdain fue auditiva y
visual, mientras la de las Norton fue sólo auditiva. Además, en Versalles
las dos mujeres no sólo hablaron a las personas que vieron, sino que
recibieron respuestas (del caballero que les indicó la casa, por ejemplo,
y del lacayo que se ofreció a enseñarles el camino). Agnes y Dorothy
Norton, en cambio, eran simplemente un público; no desempeñaron ningún
papel activo en el drama invisible que se representaba más allá de su
balcón.
Moberley y Jourdain no parecían tener una idea clara de lo que
encontrarían en el Pequeño Trianón. Poseían un conocimiento general de la
historia de Francia en el siglo XVIII y de la vida de María Antonieta en
Versalles, pero su visita al castillo de la reina fue sugerida
principalmente por la posibilidad de dar un agradable paseo por los
jardines en una tarde tibia.
En
cuanto se acercaron al Pequeño Trianón, la excursión perdió todo el
encanto. Las dos mujeres se sintieron deprimidas y desorientadas. Tuvieron
dificultades para encontrar el camino por los bosques y los senderos. Lo
extraño de la gente que encontraron -el hombre del kiosco, los corredores
invisibles, el caballero, el lacayo, la dama con el fichú- las
inquietaron. Su relato de los acontecimientos de esa tarde, aunque fue
escrito tres meses después, respiraba todavía esa inquietud. Si hubieran
tenido la intención de engañar, de inventar una historia plausible o de
perpetrar un fraude deliberado, seguramente hubiesen cuidado más los
detalles de su relato.
En
cuanto a la experiencia de Agnes y Dorothy Norton en Puys: ellas poseían
también un conocimiento meramente general de la historia de la zona. Sin
embargo, estuvieron tres horas en su balcón escuchando los ruidos de una
batalla invisible que se desarrollaba en la playa de Dieppe, cuyos
detalles coincidían en general con otros relatos de la famosa incursión de
1942. Su experiencia no es única: otros observadores se han encontrado con
representaciones de batallas de otros tiempos.
Se
conocen varios casos de personas que se han encontrado súbitamente en
medio imágenes o sonidos de batallas.
Un tema delicado
Los
críticos dieron mucha importancia a las discrepancias entre las
declaraciones de Agnes y Dorothy. Pese a eso, hay que subrayar dos
detalles en defensa de estos relatos. Primero: Dorothy, y no Agnes, era
una dotada reconocida. Agnes puede haber actuado como medium, y puede
haber respondido con más lentitud al estímulo de los sonidos. Segundo, no
hay dos personas que vivan de la misma manera un hecho idéntico,
particularmente cuando se trata de calcular tiempos. Los relatos de dos
testigos de un mismo acontecimiento raramente coinciden.
No
obstante, existen objeciones más serias a la afirmación que hicieron las
Northon de que su experiencia fue paranormal. Los críticos han sugerido
varias explicaciones naturales para los ruidos que oyeron. La draga que
trabajaba en la bahía, por ejemplo: el ruido de una draga es
inconfundible; es un sonido regular y fluctuante, a mitad de camino entre
un gruñido y un zumbido. Pero no es un "rugido", como dijo Dorothy, y
ninguna draga podría re producir los ruidos de una batalla. El ruido de un
bombardeo en picado no se olvida cuando se ha oído una vez. Pero, ¿lanchas
de desembarco? ¿Qué ruido pueden producir que sea identificable a
distancia? Este detalle pareció poco plausible a los críticos, pero es
posible que aquel ruido resultara familiar a Agnes, a causa de su trabajo
como WRNS durante la guerra. El ruido de aviones: ¿habrá sido simplemente
el de los vuelos regulares que pasaban sobre Puys?
Pero algunas cuestiones quedan sin respuesta. Las Norton dijeron que
mientras escuchaban los ruidos de la batalla en la playa, tenían
conciencia de que se trataba de una experiencia paranormal. Esto es muy
raro. Uno de los rasgos más característicos de las experiencias psíquicas
es que quienes las experimentan pocas veces las reconocen como tales hasta
después. Los sujetos suelen sentir asombro e incomodidad mientras ocurre,
pero eso se explica porque están recibiendo información simultánea de dos
orígenes distintos: los sentidos, confinados en el tiempo cronológico, y
una fuente paranormal, que no experimenta esas restricciones. Además, el
comienzo de una experiencia psíquica con frecuencia aparece asociado con
la emisión de ondas alfa, el "punto muerto" del cerebro, cuando el sujeto
no se está concentrando en nada de particular. El acto de concentrarse en
una experiencia paranormal generalmente hace que las ondas alfa sean
reemplazadas por otras, que sacan al sujeto del estado en que puede
experimentar fenómenos psíquicos. Si Agnes y Dorothy Norton notaron que lo
que escuchaban tenía una fuente paranormal, es raro que no hayan
"emergido" inmediatamente de la experiencia.
La
experiencia de las señoritas Moberley y Jourdain en Versalles sí parece
tener todos los rasgos de un error del tiempo retrocognitivo. El paisaje
traspuesto, la presencia de gente de otra época, los intercambios entre
las dos mujeres del siglo XX y la gente que encontraron mientras recorrían
bosques y senderos, todo sugiere que el tiempo se había dislocado.
El
caso de Dieppe es menos claro. Lo que suscita mayores dudas son,
curiosamente, los detalles adicionales proporcionados por Agnes, pese a
que la psíquica era Dorothy.
¿Será posible alguna vez probar sin ningún género de duda que una
experiencia en la que se revive el pasado es paranormal? Parece que no,
porque aún cuando varios testigos confirman un relato detallado de la
experiencia, nunca falta quien aduce alucinación o cualquier otra causa. |
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