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LA
NATURALEZA NO SE EQUIVOCÓ
Tanto en
la consulta, como en los cursos de formación, muchas veces nos preguntan a los
psicólogos si «la naturaleza» no se habrá equivocado al hacer a las mujeres y a
los hombres demasiado diferentes.
Si
observamos los equipos que funcionan bien, veremos que están compuestos por
integrantes muy singulares, que gracias a sus diferencias se complementan en sus
aportaciones y pueden desempeñar papeles muy distintos, pero todos necesarios.
La
naturaleza no solamente no se equivocó, sino que hizo una auténtica obra de
arte. Si los hombres y las mujeres se parecieran más, reaccionasen deforma
semejante y sintieran las mismas emociones, la relación se perdería en la
rutina, en la falta de novedad, en la ausencia de aportaciones y en la carencia
de complementariedad.
— Las
personas que piensan que sus parejas deben ser como ellas se equivocan, y pronto
sufren su desengaño.
— Una
cosa son los amigos y otra la pareja. Elegimos a la pareja porque nos aporta lo
que nadie puede ofrecernos. Seguro que hay personas a nuestro alrededor con las
que nos sentimos bien, con las que hablamos, dialogamos, conversamos y nos
enriquecemos con sus opiniones y razonamientos. Pueden ser personas importantes
en nuestra vida, pero no sentimos por ellas el amor de pareja; no consiguen
hacer estallar nuestra piel, ni transportar nuestros sentidos al éxtasis, ni
ocupar el mismo sitio en nuestros corazones. Hay emociones que únicamente las
sentimos con nuestra pareja, y hay vivencias que sólo reservamos a nuestra
intimidad más profunda...
— A veces
confundimos las distintas formas de amar. Podemos amar a nuestros amigos, a
nuestros familiares, a las personas entrañables de nuestra vida, pero es un amor
diferente.
— Las
parejas, para tener éxito y perdurar en la cúspide de sus sentimientos, deben
coincidir en lo fundamental, en los valores y principios que para ellos son
básicos, pero deben diferir en su forma de ser, en su manera de actuar, en sus
habilidades ante la vida. La persona melancólica buscará alguien alegre y
positivo, el optimista se sentirá atraído por el reflexivo, el tranquilo por el
inquieto, el relajado por el estimulante..., todos buscamos alguien que nos
complemente, que nos mejore, que potencie nuestras cualidades y mitigue nuestros
defectos; alguien, en suma, que nos haga ser más humanos, pero que nos
transporte en las nubes del firmamento.
— ¡La
naturaleza hizo un trabajo increíble! Lo que ocurre es que a veces no sabemos
escucharla, perdemos nuestra capacidad de observación, y con ella nuestro
entendimiento.
— Las
personas que se enamoran diariamente, se enamoran de la vida, de nuestra
capacidad para disfrutar y gozar, pero el enamoramiento del amor es algo
distinto, más especial, más impactante, menos común, más reservado y más
hondamente sentido.
— No
confundamos la pasión y el amor. Las mujeres, y de forma muy especial los
hombres, pueden sentir pasión sin estar enamoradas/os. La diferencia es que la
pasión se acaba, pero el amor, cuando es auténtico, permanece y se consolida en
el tiempo.
La
naturaleza ha hecho posible el milagro del amor, pero no es la responsable de
cuidar ese amor, de mimarlo, de sentirlo, de acariciarlo, de llenarlo de
generosidad..,; el cuidado diario y el crecimiento continuo depende de nosotros.
Busquemos
la naturaleza profunda que hay dentro de cada uno de nosotros y recordemos que
encontrar a la pareja adecuada es nuestra misión y nuestro reto.
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