SABER
COMUNICARSE: PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN Y RELACIÓN
Casi
todos los problemas de comunicación y relación provienen de tres frentes: un
deficiente conocimiento de nuestro estado emocional y nuestro estilo de
comunicación; un deficiente conocimiento de nuestro interlocutor, de su modo de
ser, así como del estado emocional y situación en que se halla cuando queremos
comunicarnos; y en tercer lugar, una deficiente actitud para conseguir que
nuestro mensaje llegue. Pero quizás el mayor impedimento procede del excesivo
autocentramiento. Estamos demasiado pendientes de nosotros mismos, demasiado
centrados en lo nuestro, y ello dificulta seriamente el conocimiento del otro y
la oportunidad o inoportunidad de comunicarnos.
Es muy
importante percibir al otro, no tanto para catalogarle o etiquetarle, sino para
descubrir cuál es su perfil. Ese descubrimiento nos permitirá adecuar o adaptar
nuestro mensaje, lo que decimos y hacemos, a su forma de ser. El principio de
semejanza dice que cuanto mas parecidos sean emisor y receptor, mejor será la
comunicación. Por ello, hay que hacer un esfuerzo para adaptar nuestro mensaje o
asemejarnos a él, una vez conocido su perfil. También es importante conocer el
estado en que se encuentra cuando lo tratamos. Mensajes que en un momento dado
pueden ser recibidos por él receptivamente no los recibirá si no se encuentra en
un estado adecuado. Por eso hay que cuidar la oportunidad o inoportunidad de lo
que decimos o hacemos en un momento dado.