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SER ESTUDIANTE
Es muy fácil encontrar una definición de lo que es ser estudiante. Todo lo
que tenemos que hacer es abrir un diccionario en el lugar apropiado y se nos
dará la respuesta. Pero ésa no es la clase de definición que queremos.
Deseamos investigar sobre ello, queremos averiguar qué es un verdadero
estudiante. Un verdadero estudiante no es aquél que aprueba exámenes,
consigue un empleo y después cierra todos los libros. Ser un estudiante
significa estudiar la vida, no sólo leer los pocos libros requeridos por el
programa de estudios; implica observarlo todo a lo largo de la vida, no sólo
unas cuantas cosas en un período determinado. Un estudiante, ciertamente, no
es sólo el que lee, sino el que es capaz de observar todos los movimientos
de la vida, los externos y los internos, sin decir: "esto es bueno, aquello
es malo". Si condenamos algo no lo observamos. Para observarlo tenemos que
estudiarlo sin condenar, sin comparar. Si el maestro compara un estudiante
con algún otro, no le está estudiando. Si le compara con su hermano menor o
su hermana mayor, los importantes son su hermano o su hermana; por lo tanto,
no le está estudiando.
Pero toda nuestra educación consiste en comparar. Nos estamos comparando
perpetuamente a nosotros mismos o a otros con alguien: con el gurú, con
nuestro ideal, con nuestro padre que es tan inteligente, un gran político...
Este proceso de comparación y condena nos impide observar, estudiar. De
manera que el verdadero estudiante es aquél que lo observa todo en la vida,
tanto externa como internamente, sin comparar, aprobar ni condenar. No sólo
es capaz de investigar cuestiones científicas, sino que también puede
observar las operaciones de su propia mente, de sus propios sentimientos, lo
cual es mucho más difícil que observar un hecho científico. Comprender todo
el funcionamiento de la propia mente requiere una gran dosis de
discernimiento, muchísima investigación exenta de condena. |
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