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NINFOMANÍA: ADICCIÓN
SEXUAL FEMENINA
“Estimado
Dr: Me casé joven y terminé divorciándome a los dos años por
"incompatibilidad". Mi ex-esposo y yo teníamos buen sexo, pero ritmos
diferentes, él se me quejaba de que yo era "muy sexual", además se fue
perdiendo rápidamente el respeto, llegando a niveles de agresión e
infidelidad. Continuamente hacía alusión a mi "entrega inmediata" y me
ofendía gritándome que era NINFÓMANA.
Actualmente tengo 31 años y considero que sigo siendo muy sexual, siempre
tengo buena disposición para el sexo y fantaseo mucho durante todo el día,
últimamente he tenido fantasías con mujeres, a pesar de que nunca he tenido
una relación homosexual, también me imagino haciéndolo con dos hombres a la
vez... Me preocupa, porque eso me tiene muy dispersa, continuamente
desatiendo mis labores.
Tengo una pareja que se encuentra de viaje y a veces tengo extenuantes
sesiones de masturbación, ya que deseo intensamente mi satisfacción. Me
masturbo pocas veces, una o dos veces cada quince días, pero cuando lo hago
es tan intenso que no me puedo detener... me digo y me repito ése es el
último orgasmo, pero no puedo dejar de estimularme y de proporcionarme
placer hasta el agotamiento físico. De este modo logro conseguir muchos
orgasmos sin sentirme bien al final.
Mi respuesta sexual ha sido muy diferente con los hombres con quienes he
compartido sexo, a veces me comporto como monoorgásmica y a veces
multiorgásmica, confieso que a veces aún cuando tengo un gran deseo no llego
al orgasmo.
Cuando conozco un hombre hacia el cual me siento atraída y me invita a
salir, me propongo no ser "tan fácil", sé que después me arrepiento,
comienzo a pensar que puede perderse el interés y hay un alto riesgo de
contraer enfermedades, pero sin poder evitarlo caigo precipitadamente.
Acabo de iniciar un romance-noviazgo con un hombre de mi edad, por supuesto,
no resistí tener sexo pronto con él y la experiencia fue gratificante, pero
ahora ¿qué?, yo sé que no es suficiente con llevarse bien en la cama...
Anhelo una vida estable, quiero recomponer mi vida, sueño con una relación
sana, normal y seria... necesito saber si hay en mí algo patológico, qué es
eso de ninfomanía y a qué se deberá... ¿Requeriré terapia? Alicia.”
La
Hipersexualidad es una variación sexual y se aplica a aquellas personas cuyo
impulso sexual es muy intenso y les impide sentirse satisfechas sexualmente,
por lo que desean constantemente actividad sexual. Es prácticamente
imposible establecer unos criterios fiables para decidir cuándo el deseo
sexual es excesivo, pero lo que sí está claro es que cuando una de las
partes de la pareja se queja de que las demandas son desmedidas, puede
desequilibrarse la relación y empujar a la infidelidad y a la separación. En
el caso de las mujeres, a la Hipersexualidad se le denomina comúnmente
Ninfomanía y en los hombres se llama Satiriasis.
La Organización Mundial de la Salud, define esta disfunción como "Impulso
sexual excesivo", el cual aparece con mayor frecuencia durante el final de
la adolescencia o en el comienzo de la edad adulta. Puede presentarse como
un cuadro aislado o dentro de un trastorno afectivo.
Lo que caracteriza a este tipo de variación sexual es una obsesión por el
sexo. A la persona le acompañan constantemente pensamientos, preocupaciones
mórbidas y fantasías que pueden perturbar su funcionamiento habitual. La
imposibilidad de saciarse, que corresponde a una sensación anormal de
insatisfacción sexual, el orgasmo no conlleva a la relajación completa, sino
que reaparece inmediatamente el deseo de realizar el coito y la compulsión,
es decir, la actuación repetida, frenética y constante de actividad sexual.
Un problema de difícil solución es decidir cuál es la frecuencia "normal" de
coito, pues diferentes estudios antropológicos muestran cómo varía de
cultura a cultura. También depende mucho de las características de la
pareja, por ello el diagnóstico de quienes sufren de adicción sexual es
raro.
Algunos autores hablan de "Pseudohipersexualidad", con lo que señalan el
carácter engañoso del aparente "vigor sexual" que muestran quienes sufren de
adicción sexual.
En una persona normal, el deseo se agota con la satisfacción. Las personas
que padecen de adicción sexual sufren generalmente de una incapacidad de
satisfacción, lo cual puede inducirles a tentar la posibilidad de buscar
placer mediante persistentes repeticiones del acto sexual.
Adicción sexual.
Como hemos apuntado anteriormente, a la adicción al sexo se le denominó
ninfomanía, en el caso de las mujeres, y satiriasis en el caso de los
hombres. En la mitología griega las ninfas eran féminas que acompañaban a
los dioses y a los sátiros lujuriosos. Los sátiros eran mitad humanos y
mitad carneros amantes de los vinos, las mujeres y de los placeres carnales.
En ambos casos, ninfómanas y sátiros definían a las personas hipersexuales
capaces de mantener un nivel de deseo y de comportamiento sexual
extraordinarios. Hoy en día el manual diagnóstico de enfermedades y
trastornos mentales (DSM IV) no lo define como tal. Más bien se habla de
disfunciones de Hipersexualidad o de Impulso Sexual Excesivo.
Se trata de una variación sexual y se aplica a aquellas personas cuyo
impulso erótico es muy intenso y les impide sentirse satisfechas
sexualmente, por lo que desean constantemente actividad sexual. Es
prácticamente imposible establecer criterios para decidir cuándo el deseo
sexual es excesivo, pero lo que sí está claro es que sí una persona se queja
de su pareja, en el sentido de que las demandas son desmedidas, puede
desequilibrarse la relación y empujar a la infidelidad y a la separación.
Lo que caracteriza a este tipo de variación sexual es una obsesión por el
sexo. A la persona le acompañan constantemente pensamientos y fantasías
eróticas que pueden perturbar su funcionamiento habitual. La imposibilidad
de saciarse corresponde a una percepción anormal de insatisfacción sexual.
El orgasmo, en estos casos, no conlleva a la relajación completa, sino que
reaparece inmediatamente el deseo de realizar el coito y la compulsión, es
decir, requiere la actuación repetida, frenética y constante del acto
sexual.
Un problema de difícil solución es establecer cuando se es "normal"
sexualmente, pues varía dependiendo el entorno cultural y social. Sin
embargo, cuando una persona adicta al sexo incurre en daños a sí misma o a
terceras personas, en situaciones de coacción o abuso sexual, violaciones,
en mentir, engañar a otros, o delinquir con el objeto de apaciguar sus
impulsivas exigencias, entonces estamos ante un caso patológico que requiere
tratamiento profesional y eventualmente judicial.
Los tratamientos psicológicos más exitosos para la Hipersexualidad se
orientan hacia el enfoque cognitivo-conductual. Un sexólogo decidirá si es
necesario o no el uso de psicofármacos para reducir la excitación sexual no
deseada. Otros enfoques plantean la posibilidad de análisis y tratamiento
psicoterapéuticos. También, existen organizaciones de "sexólicos anónimos"
que se pueden encontrar en Internet.
La respuesta sexual
El ciclo completo de la respuesta sexual puede dividirse en las fases de
Deseo (fantasías y ganas), Excitación (sensación subjetiva de placer sexual,
cambios fisiológicos), Orgasmo (punto culminante del placer sexual,
liberación de la tensión) y Resolución (sensación de relajación general y
bienestar).
No todas las mujeres tienen el mismo patrón sexual, ni en una mujer el
patrón es "único e invariable". Su respuesta va a depender de factores
externos, tales como el tipo de pareja, la intensidad de la atracción, los
estímulos que la exciten en ese momento y condiciones en donde se realice el
acto. Por otra parte, dependerá también de elementos internos, como
disposición para el sexo, estado de ánimo y de los niveles hormonales.
Las fantasías sexuales son importantes ingredientes de una vida sexual
saludable. Muchas de nuestras fantasías nunca serán llevadas a cabo, pero
forman parte del espectro de posibilidades que utilizan muchas parejas para
satisfacerse y buscar la forma de ser más creativos sexualmente.
Algunas mujeres ninfómanas llevan a cabo, con nefastas consecuencias, sus
fantasías sexuales. El hecho de que el coito pueda excitarlas pero no
satisfacerlas crea en ellas el deseo de forzar la inalcanzable satisfacción,
por medio de intentos renovados y crecientes, de tentativas con otros
hombres y en circunstancias diferentes, pueden requerir cada vez mayores
estímulos para lograr el anhelado placer, la inclusión de otra mujer (sin
ser homosexuales), el uso de objetos, la masturbación compulsiva, todos
intentos fallidos de descarga genital para una tensión que va en aumento, y
que el análisis devela que corresponde a necesidades primitivas de afecto no
satisfechas.
Tratamiento
La respuesta sexual es un proceso psicosomático. La Hipersexualidad puede
ser debida a factores orgánicos, como trastornos del lóbulo temporal, uso
excesivo de drogas o problemas endocrinos. Entre las causas psicológicas, se
destacan la necesidad de demostrar potencia sexual, la búsqueda de intimidad
y de amor.
El círculo vicioso que se observa en quienes sufren de adicción sexual es
difícil de romper. Es como tratar de salir de una adicción. Es necesario
hacer una evaluación integral médico psicológica, realizando estudios
endocrinológicos, neurológicos y evaluación psicológica completa, que
permitan descifrar y actuar sobre los factores que intervienen.
Los tratamientos psicológicos más exitosos para la Hipersexualidad se
orientan hacia el enfoque cognitivo-conductual. Debe ser tratada por un
sexólogo, quien decidirá si es necesario o no el uso de psicofármacos y
actúe de inmediato para reducir la excitación sexual no deseada.
Otros enfoques plantean la posibilidad de análisis y tratamiento
psicoterapeútico para llegar a las raíces del problema.
Alicia, para finalizar, queremos expresarle nuestro acuerdo en relación a lo
que plantea, respecto a su necesidad de encontrar una persona que vaya más
allá de lo sexual. Pensamos que, aunque la sexualidad es uno de los factores
más importantes en la relación de pareja, ésta no puede basarse sólo en
ella, pues estaría destinada al fracaso. Cuando la atracción y la pasión
decaen, deben existir otros elementos que sostengan la relación, entre ellos
el amor, la amistad, el respeto, la comunicación y la integración
afectiva-sexual. |
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